CENTRO DE ENTRENAMIENTO MISIONERO TRANSCULTURAL
Misiones
Nuestro Señor Jesús habla de un legado doble por parte del cristiano que cumple la Gran Comisión, base y fundamento de las misiones cristianas. La misión cristiana engloba ese doble legado, que se compone del Evangelio, y de las buenas obras, que encontramos en la Biblia en: Hebreos 13:15: "...Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. 16Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios..."
Este doble fundamento de la vida cristiana, base de las misiones, resplandece en las Palabras de Jesús en Mateo 25:31-46: "...Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí..." y La Gran Comisión en Mateo 28:16-20: "...Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
A partir de aquí se daba comienzo a una misión que nunca acabará hasta el regreso de Jesucristo para establecer Su Reino eterno. Esa misión que nunca se acabará, es la que se compone de las misiones en el mundo.

VISIÓN: Ser uno de los Centros de Entrenamiento Misionero Transcultural, mas reconocida del Perú y Latinoamericana, por su alto Nivel Espiritual Misionera Transcultural, que ofrece misioneros para el cumplimiento de la GRAN COMISIÓN.
MISIÓN: Ser reconocidos como C.E.M.T. especialista en entrenar y formar proclamadores del Evangelio y los misionero deben ser lideres con un una influencia transformadores.
VALORES:
- Trinidad. Dios es tres personas en uno. ...
- Dios Padre. Solo existe un Dios y él es Jehová, creador del universo, los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay. ...
- Dios Hijo. ...
- Jesús, el Mesías Profetizado. ...
- Muerte y Resurrección de Jesús. ...
- Jesús Regresara de Nuevo. ...
- El Espíritu Santo. ...
- La Iglesia.

Ofrenda misionera
En pleno siglo XXI, vivimos en mundo necesitado en todas las áreas. Y sobre todo el hombre necesita a Cristo, el cual es el dador de la vida eterna. Notemos que la gran comisión del Señor (Mateo 28:18-20) no es para un determinado país solamente, es para todas las naciones. Por tanto, todo verdadero cristiano debe participar en la obra misionera.
Hagámonos tres preguntas con relación a este tema de vital importancia.
I. ¿Se puede dar Ofrenda Misionera?
A. Orando por los pastores, misioneros, evangelistas, etc.
Pablo, el gran apóstol de los gentiles, pedía encarecidamente que oraran por él (Efesios 6:18-19; I Tes. 5:25).
B. Dando nuestros diezmos y ofrendas a través de la iglesia local. Es notable el hecho de que la mayoría de los creyentes están dispuestos a orar por los pastores y misioneros, pero cuando se trata de diezmar y ofrendar ya es otra cosa. Olvidamos lo que dice I Cor. 9:14. Así también ordenó el Señor que "los que anuncian el evangelio que vivan del evangelio". Una hermana me dijo que estaba dispuesta a dar para las necesidades de nuestra iglesia, pero no para pastores y misioneros de otros países. Esto nos lleva a la siguiente pregunta:
II. ¿Qué Bendiciones Obtenemos al dar la Ofrenda Misionera?
A. Fruto que abunde a nuestra cuenta. Filipenses 4:17.
Esto lo podemos comparar a una cuenta de ahorros en la cual ganamos intereses espirituales. Lea lo dice la Escritura en Filipenses 4:15-16. ¿No te gustaría que tu iglesia fuera como la de Filipenses?
B. Nuestra Iglesia Local debe participar activamente en la Ofrenda Misionera.
Hermanos, si no estamos diezmando ni ofrendando, no tenemos participación en el sostenimiento en la obra misionera de nuestra iglesia local. No olvidemos que los pastores, misioneros y obreros del Señor tienen las mismas necesidades que los demás, por tanto:
III. ¿Cuándo vamos a dar la Ofrenda Misionera?
A. El hambre en la era apostólica - Hechos 11:27-30
Los discípulos no esperaron a que llegara el hambre profetizada. ¿Vamos a esperar que los pastores, misioneros y obreros pasen hambre para entonces enviarle una ofrenda? La necesidad es ahora. Recordemos lo que dice el Señor: "La mies a la verdades mucha mas los obreros pocos."
¡Cuántos pastores y misioneros no han dejado el ministerio porque ellos y sus familiares han pasado hambre! ¿Por qué? Porque la mayoría de los creyentes no están conscientes de que todos debemos participar en la obra misionera.

FALTAN OBREROS DE DIOS
Mateo 9:35-38.
Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes
INTRODUCCIÓN: Una sociedad de los Estados Unidos dedicada a realizar encuestas sobre temas de interés general, publicó HACE UNOS AÑOS una estadística sobre la religión cristiana organizada con los siguientes datos interesantes[1]:
- El 5% de los miembros de las listas de las congregaciones, no existen.
- Al 10% de ellos no se les puede encontrar en ninguna parte.
- El 20% no ora nunca.
- El 25% nunca lee la Biblia.
- El 30% no asiste nunca a la congregación.
- El 40% no envía ni entrega ofrendas de ninguna clase.
- El 50% nunca recibe estudios bíblicos, ni ningún tipo de enseñanza que les pueda hacer crecer o madurar.
- El 60% no asiste nunca a las reuniones dominicales si estas se realizan por la tarde o por la noche.
- El 70% no da ayuda económicamente a ninguna institución (ni a la propia) relacionada con las misiones.
- El 75% nunca se dedica a actividad alguna de la Iglesia.
- El 90% no celebra ningún tipo de culto o reunión con su propia familia.
- "El 95% nunca ha sido capaz de acercar a alguien a Cristo".[2]
James Kennedy, autor del libro "Evangelismo Explosivo" nos recuerda esta última estadística de que en Norteamérica un 95% de los cristianos nunca han ayudado a alguien para acudir a Cristo, es decir solamente 5 de cada 100 hacen esfuerzos por guiar a otros a confiar en Cristo para su salvación. En nuestro país, o quizá aquí en esta misma congregación cristiana, quizá igualmente no andamos con un porcentaje ideal de hermanos que guían a otros a rendir sus vidas a Cristo.
Las palabras de nuestro Señor Jesús en el texto de este mensaje hacen un señalamiento de que el campo de trabajo en la obra de Dios: "A la verdad la mies es mucha". Esta observación de Jesús sigue siendo cierta y real hasta el día de hoy. ¿Se pueden dar cuenta ustedes de qué maneras la mies es mucha?.
Pero lo que especialmente quiero enfatizar en este mensaje es sobre la cantidad de obreros disponibles en la época de Jesús y que el día de hoy sigue siendo la misma cantidad ante la actual población y problemas sociales y espirituales nuestros y de la gente que vive en nuestro derredor. Jesús dijo "mas los obreros pocos" . De sus palabras he tomado la idea del título de este mensaje: FALTAN OBREROS DE DIOS. Apliquemos una estimación. ¿Somos o tenemos suficientes obreros de Dios activos en nuestros deberes? De 65 miembros, ¿cuántos están haciendo trabajo de evangelización, discipulado, o de testimonio?. Espero que más de 3 (el 5%), más de 6 (el 10%), más de 13 (el 20%), aunque es probable que no sea así. Quizá es evidente que hace falta obreros de Dios.
Dentro de nuestro pasaje bíblico, en la narración por San Mateo y en palabras de Jesús mismo, se nos plantea cómo darnos cuenta de la mucha falta de obreros en la mies de Dios. // ¿Cómo podemos darnos cuenta de que faltan obreros? // Podemos darnos cuenta a través de una atenta observación acerca de diversas realidades en la mies de Dios.
La primera realidad en la mies de Dios:
I.- SE VE EN LAS NECESIDADES DE LAS CONGREGACIONES.
Lo primero que San Mateo nos relata en nuestro pasaje bíblico es que: "Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos" (v. 35a). Las sinagogas eran un lugar de culto en el judaísmo de la época de Jesús habiendo un aproximado de 400 de ellas en toda Palestina. Es algo similar como los templos usados actualmente en el cristianismo. Se utilizaba también para la lectura y enseñanza de la ley de Dios[3].
En los evangelios se nos relata la visita de Jesús en sinagogas de distintas ciudades en los que se encuentra con actitudes indignas de gente temerosa de Dios, se encuentra con ideas raras no reveladas en la ley de Dios que se enseñaba a la gente que en vez de ayudarlo a convertirse en un verdadero hijo de Dios, lo convertían en "dos veces más hijo del infierno" que ellos (Mateo 23:15). Lo que Jesús aprovechó en aquellas ocasiones que tuvo la oportunidad de estar en aquellas sinagogas fue ENSEÑAR. Dice el v. 35 que estuvo "enseñando en las sinagogas".
No solamente en aquel tiempo, sino también actualmente en las iglesias y congregaciones a las que pertenecemos podemos observar esta gran necesidad de excelentes maestros que enseñen la sana doctrina. Quiero dejarle muy claro a usted que hacen falta obreros de Dios en nuestras congregaciones, solamente como ejemplo, para enseñar la palabra de Dios. Sin embargo, hay otras muchas necesidades en las que usted puede participar como obrero para visitar, predicar, evangelizar, discipular, testificar, dirigir, aconsejar, y muchas vacantes más como para pastores, ancianos, diáconos, etc..., y quiero invitarlo a que usted acepte el llamado de Dios y tome su lugar, en este caso, para apoyar el ministerio de este lugar donde usted se reúne con otros hermanos en Cristo. Usted mismo sabe cuánta necesidad de servicio hace falta aquí mismo. Usted sabe que solamente un obrero de Dios puede hacerlo. Usted es ese obrero de Dios que hace falta activarse aquí mismo.
La segunda realidad en la mies de Dios:
II.- SE VE EN NUESTRA AUSENCIA EN MUCHOS MUNICIPIOS.
Otro detalle de la misión de Jesús es que a su paso por aquellas ciudades y aldeas iba "... predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo" (v. 35b). Aquí se nos indica que como el mejor obrero de Dios su trabajo lo realizaba no solamente entre las paredes de una sinagoga, como Jesús no haría su trabajo hoy solamente dentro de las paredes de un templo. El mismo v. 35 no indica que el evangelio y sus obras de misericordia las realizaba "en el pueblo". Eso dice el final del v. 35. Mientras la gente se encerraba en sus sinagogas, Jesús estaba "en el pueblo" donde está la gente que tal vez jamás se le ocurriría ir a un culto o una enseñanza bíblica.
Amado hermano, en nuestro contexto quiero mencionar a manera de ejemplo cómo nuestro estado que tiene 106 municipios, después de 141 años de presencia de la iglesia presbiteriana en nuestro país, solamente tenemos presencia en 69 municipios. Hay 37 municipios donde "brilla nuestra ausencia", sin mencionar a la multitud de comisarías, haciendas, y colonias en nuestras pequeñas y grandes ciudades. Hace casi 50 años que establecimos una iglesia en el municipio # 69. ¿Puede usted darse cuenta en esta observación de cuánta necesidad hay de más obreros en la mies de Dios, para ir "en el pueblo"?
Aprovecho la oportunidad para invitarlo a usted mismo por medio de este mensaje a aceptar el llamado de Dios para ser el obrero de Dios que hace falta para llevar el evangelio a tantos lugares. Sin embargo, estoy consciente de que usted vive en esta ciudad donde hay tantas colonias sin una iglesia. Usted también puede ser obrero aquí mismo. En nuestro libro de gobierno como iglesia tenemos la indicación que cuando un miembro de la iglesia se traslade a vivir en una zona donde no hay una iglesia, es su deber encaminar todo para iniciar una nueva con el apoyo de la iglesia más cercana. Sin embargo, creo que por no tener la comprensión de que somos o debemos ser obreros de Dios, preferimos atravesar tres, cuatro o hasta cinco colonias o más para llegar donde hay un templo donde podamos reunirnos. Hermanos, hay que ser obreros de Dios para abrir nuevas iglesias en donde no hay.
La tercera realidad en la mies de Dios:
III.- SE VE EN TANTA GENTE SIN ALGUIEN QUE LOS LLEVE A DIOS.
San Mateo nos dice de Jesús que "... al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor" (v. 36). El ser humano necesita como las ovejas a un pastor, es decir alguien que las apaciente, que se haga cargo de darles toda la provisión necesaria. Este tipo de pastor de ovejas que se menciona en el v. 36 no necesariamente se trata del oficio eclesiástico de pastor. Simplemente es una figura que representa que los seres humanos como ovejas necesitamos el apoyo, la orientación y guía de otra persona para que salgamos de nuestro desamparo, de nuestra dispersión lejos de Dios. Esta figura de pastor representa a un obrero de Dios que se hace cargo de guiar a otras personas a Dios por medio de Cristo para su salvación.
Pero, no solamente en la época de Jesús había multitudes que necesitaban que alguien las ayude a acudir a Dios. Igualmente el día de hoy existe en las ciudades, y aún todavía en los municipios, y hasta en las comisarías suburbanas y rurales, gente por montones que nadie está preocupado por ayudarlos a conocer salvadoramente a Dios y a su Hijo Jesucristo. ¿Se da cuenta usted de la gran falta de obreros de Dios para llevar a otros a los pies de Cristo? Ante esta gran necesidad le invito a usted a sumarse como obrero de Dios para llevar a otros el evangelio de Cristo para salvación.
La cuarta realidad en la mies de Dios:
IV.- SE VE EN EL ESFUERZO INSUFICIENTE SOLAMENTE DE ALGUNOS.
Según San Mateo, las palabras de Jesús que describieron la realidad del desabasto de obreros en su época, fueron: "... A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos" (v. 37). Jesús hace un contraste para notar la desproporción entre la magnitud de la mies y la cantidad de obreros. La mies es mucha, los obreros pocos. Afortunadamente Jesús reconoce quién es y quién no es obrero de Dios, y aunque en realidad sí los hay, pero la otra realidad es que son pocos.
Con estas palabras Jesús quiere enfatizar que la labor de "predicar el evangelio del reino", solamente es realizado por algunos, mientras que otra gran pero triste realidad es que otros solamente están de espectadores sin hacer realmente un mínimo esfuerzo. Aunque forman parte del equipo de la iglesia, dejan que el esfuerzo de un pequeño grupo se haga cargo de la gran cantidad de responsabilidades a tomar en cuenta. El resultado es que el esfuerzo de estos pocos siempre va a ser insuficiente.
Hermano(a), si usted se encuentra en esa clasificación lo invito en el amor de Cristo a unirse al grupo de obreros de Dios que aman al Señor y a su obra. Pase usted a formar parte de aquellos que desean servir en la obra del Señor.
EXPLICAR QUÉ VACANTES HAY EN LA IGLESIA AHORA MISMO.
CONCLUSIÓN: Después de haber explicado estas cuatro realidades ¿qué decisión tomará usted? Imagínese usted que en este momento Jesús le está pidiendo a usted que sea su obrero. Medite usted en la letra de este himno:
Ahora, imagínese usted que su reacción va a ser como la de aquel joven llamado Saulo de Tarso. Atrévase a decirle a Jesús: Señor, ¿qué quieres que yo haga? (Hechos 9:6). Yo quiero ser tu obrero. Dígaselo con las palabras del antiguo himno: "Yo quiero trabajar para el Señor". Repita conmigo las siguientes palabras: